Es una hormona glicoproteíca producida por la placenta en grandes cantidades durante el embarazo, descubierta en 1927 por Aschheim y Zondek.
El primer reporte del uso de la hCG para el tratamiento de la obesidad fue publicado en 1954 por el médico alemán Dr. ATW Simeons, quien mientras se encontraba en lndia, notó que los llamados "fat boys" (niños gordos) que presentaban distrofia adiposogenital, mejoraban la condición de sus testículos que aun no habían descendido al ser tratados con hCG. Pero también observó que durante el curso del tratamiento se modificaba la distribución de la grasa corporal y si se acompañaba de una dieta hipocalórica se obtenía también la reducción de peso, al consumir estos depósitos adiposos que se estaban movilizando.
La hCG actuaria a nivel diencefálico, modulando los centros regulatorios hipotalámicos, que a su vez serían los responsables por la acumulación excesiva de grasa u obesidad.
Por muchos años, hasta la década de los 70, el tratamiento con hCG, más una dieta muy hipocalórica benefició a miles de pacientes, siendo seguro y eficaz.
Ahora cuando la obesidad y las enfermedades subordinadas de ella, tales como: la diabetes, aterosclerosis, hipertensión arterial, cardiopatías, hígado graso, gota, etc. han alcanzado proporciones alarmantes, la ciencia nuevamente ha volcado sus ojos a esta alternativa terapéutica y hoy en día es uno de los métodos mas usados en los ESTADOS UNIDOS.
Lo que hace al tratamiento con hCG tan efectivo es que el paciente no solo pierde kilos sino también centímetros en zonas tan dificiles como glúteos y caderas (fotos pie de página).
Se elimina el “efecto rebote”, cuando el organismo cambia la proporción de tejido adiposo y músculo durante el tratamiento y disminuye la posibilidad de volver al peso original.
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